Las cláusulas en el traspaso de sociedades mercantiles sirven para que tanto el comprador como el vendedor estén protegidos legalmente, además de para formalizar todos los aspectos importantes de la compraventa.
Si estás pensando en comprar una sociedad preconstituida, te interesa saber en qué consistes estas cláusulas, que incluyen, y cuáles son sus fundamentos, así que quédate con nosotros porque vamos a darte toda la información en este artículo.
¿Qué fundamentos e importancia tienen las cláusulas en el traspaso de sociedades mercantiles?
Para tratar el tema de las cláusulas en el traspaso de sociedades mercantiles, debemos partir de una premisa básica, que es que estas disposiciones contractuales son herramientas que estructuran derechos, obligaciones y garantías entre las partes.
Por lo tanto, hay que saber que un contrato de compraventa de una empresa sin cláusulas bien definidas, podría dejar en el aire la posibilidad de situaciones ambiguas que podrían generar conflictos futuros.
De esta forma, la raíz de sus fundamentos estaría en la capacidad para anticipar y gestionar riesgos, puesto que cuando una empresa cambia de manos, hay múltiples variables que se pondrán en movimiento.
Se pude decir entonces que las cláusulas actúan como mecanismos de seguridad jurídica, además de que forman parte de la regulación de las expectativas entre comprador y vendedor.
Ahora bien, la realidad es que la eficacia de las cláusulas en el traspaso de sociedades mercantiles depende de su adaptabilidad al contexto concreto de cada operación.
La experiencia nos enseña que incluso las cláusulas mejor redactadas necesitan de un equilibrio entre una buena protección y una cierta flexibilidad, ya que imponer condiciones demasiado rigurosas al vendedor puede frustrar la negociación, mientras que una actitud laxa expone al comprador a riesgos inaceptables.
Las clausulas en el traspaso de sociedades relacionadas con los activos, el capital y la forma de pago
Cuando una empresa transfiere bienes materiales o inmateriales a otra, las cláusulas deben especificar qué exactamente se está transfiriendo.
No basta con decir ‘todos los activos de la compañía’, por lo que existe la cláusula de inventario físico y jurídico, que exige listar cada activo con sus características y verificar que no existan gravámenes, o embargos.
Un caso clásico son las patentes, si no se asegura su titularidad legal, el comprador podría descubrir que no puede explotarlas comercialmente. Por eso, algunas cláusulas incluyen auditorías previas para validar la propiedad intelectual, o los contratos de arrendamiento de inmuebles.
Por supuesto, el capital social es importantísimo en el traspaso de sociedades, puesto que la venta de participaciones sociales, o de acciones, suele implicar ajustes en la estructura accionarial y en la junta de socios.
De esta forma, las cláusulas deben regular cómo se modificarán los estatutos tras la venta, especialmente si hay socios minoritarios que conservan derechos.
Además, otro punto delicado es la valoración de las participaciones, donde las cláusulas tienen que especificar que criterio se seguirá para ello, ya sea el valor contable, el flujo de caja proyectado, o múltiplos de mercado.
Una cláusula mal redactada podría generar conflictos si, por ejemplo, el vendedor considera que el precio debe calcularse sobre utilidades históricas, mientras el comprador insiste en que sea por proyecciones futuras ajustadas por los posibles riesgos.
La forma de pago es quizá la parte más dinámica, ya que no siempre se liquida todo al contado. De hecho, es bastante frecuente encontrar pagos escalonados vinculados a metas.
El comprador podría comprometerse a pagar un porcentaje inicial y el resto en cuotas anuales sujetas al cumplimiento de ciertos indicadores financieros.
Las garantías y las condiciones de rescisión en el traspaso de sociedades mercantiles
Al analizar las garantías y las condiciones de rescisión en el traspaso de sociedades mercantiles, estamos hablando de dos caras de una misma moneda, ya que la primera busca proteger a las partes durante y después de la transacción, mientras la segunda establece los límites que, de cruzarse, permiten romper el acuerdo.
Por lo tanto, es como un sistema de frenos y contrapesos, donde sin una buena garantía, el comprador asume riesgos impredecibles, y sin cláusulas de rescisión claras, ninguna parte tendría posibles salidas legales ante incumplimientos graves.
Con respecto a las garantías, en este contexto, no nos referimos a los avales financieros, sino a promesas contractuales que el vendedor hace sobre el estado de la sociedad.
Para entenderlo mejor, supongamos que adquirimos una empresa aparentemente sana, pero meses después aparece una demanda judicial por un contrato incumplido años atrás.
Si el contrato de traspaso incluyó una garantía que cubre litigios anteriores, el comprador puede exigir una indemnización, y la jurisprudencia suele favorecer al comprador cuando el vendedor ocultó información.
Las condiciones de rescisión, por su parte, son cláusulas que funcionan como botones de emergencia, por lo que no hablamos de incumplimientos menores, como un retraso de días en la entrega de documentación, sino de situaciones que destruyen el propósito mismo del contrato.
¿Qué cláusulas están presentes en la venta de sociedades urgentes sin actividad previa?
Cuando se recurre a la compra de una sociedad sin historial operativo con la necesidad de formalizar un negocio lo antes posible, se suele incluir en el contrato un conjunto de estipulaciones pensadas para proteger tanto al vendedor como al comprador.
En dicho documento, se describe con precisión quiénes intervienen y cuál es el objeto de la operación, de modo que no quepan dudas sobre la identidad de la entidad que cambia de manos.
A partir de ese punto, el comprador paga una parte al firmar y otra cuando la sociedad queda inscrita en el registro mercantil, de tal manera que la transferencia solo se completa cuando la entidad está plenamente activa bajo el nuevo propietario.
Al examinar las garantías, el contrato afirma que la compañía no ha tenido actividad y se aporta un certificado de carencia de deudas en las sociedades preconstituidas.
Si aparece alguna carga oculta después de la firma, el vendedor asume la responsabilidad de indemnizar al comprador con un mecanismo de compensación que restaura el equilibrio económico original.
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